martes, 6 de marzo de 2018

Manifiesto #Cambialascifras

La mujer que he elegido como rompedora es Amaya Arzuaga. Primera mujer en recibir el Premio Nacional de Diseño de Moda (2013). Finalizó diseño de moda en la Universidad Politécnica de Madrid en 1992 y dos años más tarde creó su propia empresa.  Ha compartido pasarela con Tom Ford para Gucci, Prada y Dolce & Gabbana. Fue galardonada con el Primer Premio Gaudí, el London Fashion Week y la Pasarela Cibeles de Madrid. 


De este modo, Amaya Arzuaga rompe doblemente con los estereotipos de género y con un techo de cristal, que no sólo se da en la industria de la moda, si no también en otros ámbitos como es la cocina profesional. Con ello me refiero, a que tradicionalmente, la costura, la imagen y cuidado personal ha estado ligado y asociado a la mujeres, y del mismo modo, han sido las mujeres las que se han encargado de arreglar y confeccionar prendas de ropa. Sin embargo, en la industria textil más glamourosa y de prestigio, son referentes masculinos lo que son mejor valorados y galardonados. Una gran paradoja: son las mujeres las que cosen, pero son ellos los que son los mejores diseñadores.

Como vacuna para que estos hechos sean los mínimos posibles, propongo a que tanto a niñas como a niños se les eduque en la autoestima positiva, en el poder, en el valor, en la innovación, en las emociones y en el emprendimiento. Al mismo tiempo, de ser conscientes de que los adultos somos víctimas y reproductores de estereotipos,  y que debemos ofrecer referentes positivos de ambos sexos en todas las tareas y profesiones.

Un ejemplo de buenas prácticas podría ser, entre otros, el proyecto educativo TRIPULANDO A IGUALDADE desarrollado en Educación Infantil y galardonado con el Premio Concepción Arenal 2017, puedes ver las actividades desarrolladas hasta el momento en el siguiente enlace:



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